instalación in situ, de 76 metros cuadrados.
Extra-ordinaria,
una utopía de lo cotidiano. Se trata de una "isla-constelación" de objetos de consumo que he acumulado durante años (revistas, cajetillas de cigarrillos, cajas, bolsas, empaques, azúcar dulces, servilletas, frascos, perfumes, juguetes, etc.) es este proceso de recopilación, la gente ha empezadoa involucrarse regalándome y donandome cosas, por ejemplo colecciones de servilletas, bolsas, frascos , cosméticos, en fin, lo que ellos consideran que pueda serme útil en mi trabajo. Así mi estudio se ha convertido en una suerte de gabinete de curiosidades, en donde todos estos elementos conviven en un caos ordenado. Con esta instalación me propongo darle forma a un lugar fantástico construido a partir de desechos, basura y objetos encontrados, creando un espacio, al borde del caos, que es susceptible a transformarse o destruirse, a lo largo del tiempo de exposición, con la intervención del público; la instalación funciona entonces como una especie de mándala, en donde el azar y el accidente, hacen que todo está punto de colapsar.
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